Lucas Rodgers
Foto de Lucas

Lucas nació el tercero y ahí ya decidimos cerrar la fábrica de Rodgers, cuando llegamos a la perfección. ¡Ojo! Los otros dos también salieron bien, pero ninguno como Luquitas.

Desde bien chiquito ya apuntaba maneras. Aún no conseguía ponerse en pie, cuando dio sus primeros botes con una pelota de básquet. Su amor por este lindo deporte le llevo a ser un gran jugador y desde sus 15 años, para empezar a ganarse sus primeros eurillos, se convirtió en un excelente árbitro. Hoy por hoy continúa rodeado de un gran grupo de amigos y compañeros. Ser árbitro no es nada fácil, e incluso podréis pensar que es algo raro eso de que te guste ir a "sufrir" a una cancha, pero no sé cómo lo hace Lucas, que infunde un respeto y un compañerismo digno de admirar. Es un hobby raro, sí, pero a él le ha hecho crecer mucho como persona, y a mí me ha hecho sentirme muy orgullosa como madre. A parte del deporte, su vida gira en torno a las nuevas tecnologías, se pasa el día viendo novedades de todos los cacharros habidos y por haber, lee noticias, prueba programas y no sé cuántas cosas más que no sé ni repetir.

A parte de estas rarezas que me he visto obligada a referir, de Lucas sólo puedo contar maravillas, y creo que no soy la única, su abuela piensa lo mismo. Que a parte de esas rarezas, decía, nos ha salido muy buena gente, sociable, inteligente, familiar, sano, deportista, y sobre todo, comprometido. Ya le digo, después de él, cerramos la fábrica.

Josefina Porreca,
Madre de Lucas y vendedora de hijos

web@luquiluck.com